sábado, 12 de noviembre de 2011

MI QUERIDA EXTREMADURA

Nací en un humilde pueblo
de la Baja Extremadura,
entre bellos encinares
que le brindan su hermosura
a esta tierra grande y noble,
llena de historia y cultura.

Su historia viene de lejos,
Roma se prendó de ella,
y asentó su gran poder
para luego engrandecerla
y dejar los eslabones
de sus más finas cadenas.

Aún hoy quedan los vestigios
que erguidos sobre sus piedras
ofrecen los monumentos
que conservan su grandeza,
y asoman magestuosos
por toda esta extensa tierra.

Gente con garra y tesón,
con ganas de explorar mundo,
se echaron un día a la mar
sin saber cuál era el rumbo,
y de lugares remotos
trajeron buenos augurios.

Son nuestros conquistadores,
que tras múltiples hazañas,
descubrieron nuevas tierras
trayéndose para España
las costumbres y culturas
de pueblos de gran templanza.

Dos ríos muy importantes
pasean sus cuerpos de plata,
Guadiana, grande y señor,
y Tajo, con arrogancia,
riegan con aguas muy dulces
anchos campos de labranza.

Las cabezas de ganado
que pastan por las dehesas
decoran bien un paisaje
que no sabe ser sin ellas,
por ser adorno importante
que le da mayor riqueza.

Buenos quesos y buen vino
y jamones de bodega
son patrimonio exquisito
que se dan por estos lares,
y en ricas y humildes mesas
saben saciar paladares.

En torres y campanarios
de monasterios e iglesias,
las cigüeñas hacen nidos
y dicen con su presencia
que ha llegado el frío invierno,
y de momento, se quedan.

Marcharán con el calor,
que es grande por estas tierras,
pero volverán de nuevo
cuando se hiele la hiedra
y huela a tierra mojada,
¡ que listas son las cigüeñas !.

Me gusta todo de tí,
cuna de gentes sencillas,
mesonera del que llega
al que bien acoge y cuida
como si fuera ya parte
de esta bendita familia.

Podría decir mucho más
de esta mi adorada tierra,
pero jamás llegaría
a expresar como quisiera
lo inmensa que yo la veo
mirándola desde fuera.

Paulina Simoes López

No hay comentarios:

Publicar un comentario