sábado, 12 de noviembre de 2011

EL ARROYO


Eras arroyo claro, transparente y sereno,

y en aguas cristalinas reflejabas el cielo,

con toda la belleza,de ese firmamento

donde se dan cobijo estrella y luceros.

Y en esas largas noches de los fríos inviernos

viste pasar la luna, apenas sin destellos,

porque una inmensa nube reflejaba primero

y ella, tímidamente se escondía en el silencio.

Tuviste amaneceres de veranos de fuego

cuando el sol que salía se daba por entero,

formando un haz de luz que cegaba tu empeño

y, ponías a sus pies los más bellos reflejos.

Pero ha pasado algo, algo que yo no entiendo,

y ya no bajas claro, transparente y sereno,

ni muestras la belleza de ese firmamento

donde vive la luna, estrellas y luceros.

Ya no prestas refugio a amaneceres tiernos,

ni das cobijo al sol, ni aceptas sus reflejos,

haciendo que el entorno vaya languideciendo

y mostrando una sombra, donde antes había fuego.

¡ Vuelve a ser ese arroyo de murmullo sereno !

que en tus aguas se meza la paz del universo,

que sigue ahí esperando, que renazcas de nuevo,

y todo vuelva a ser un precioso reflejo.

Paulina Simoes López



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